Reflexiones absurdas
Lo que sucede en las películas, no sucede en la vida.
jueves, 4 de octubre de 2012
Reflexión acerca de la realidad argentina...
martes, 21 de agosto de 2012
Reflexión acerca de mudarme.
miércoles, 11 de abril de 2012
miércoles, 29 de febrero de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
Reflexión acerca de la vida misma.
Tengo un amigo con el que compartimos noticias bizarras, que leemos en diarios on line, y luego comentamos. Hoy le envié una noticia donde decía que una mujer de Estados Unidos, quería conocer a sus 350 "amigos" de facebook. Ya había viajado a varios paises alrededor del mundo y seguía viajando. Una tremenda boludez. En fin, para que reflexionar, si ya fue conversado con mi amigo.
Lucas says:
jajaja
muy bueno!
si yo quisiera conocer a la mas de 1000 amigas que tengo de contacto no terminaría más jejeje
Andreita says:
jaja! Si, que al pedo esta esa mina
ni hablar de las identidades truchas
imaginate que llega al Congo y no hay ningún “Motila Balu”
Lucas says:
jajaja
cierto
Andreita says:
se corta una goma!!!
Lucas says:
jaja
hay que ver con que se encuentra
Andreita says:
o en realidad, quiere conocer a solo un tipo
y no se anima
y pa despistar, visita a todos
Lucas says:
mmm
menuda empresa
Andreita says:
en la guerra y en el amor... todo vale
Lucas says:
por ahi son todos hombres, y quiere culiar con todos
Andreita says:
eso estaría genial!!!
Lucas says:
jejeje
eso me parece mas creible, jajaja
Andreita says:
de uno se embaraza, y después cuelga fotos en el facebook
y se fija quien tiene los huevos de etiquetarlo como hijo
Lucas says:
jajajaja
eso es heavy
Andreita says:
pero así es la ciber vida
lucas, creo que esta conversación así como está puede ir directo a mi blog!
Lucas says:
Jajaja, es mucho delirio
Andreita says:
si me dejas lo pongo
Lucas says:
ponelo
jaja
martes, 10 de enero de 2012
Reflexión acerca de los asesinos seriales.
Hace un tiempo conocí a una persona que se empeñaba en preguntarme si él parecía asesino serial, yo lo veía un tanto extraño, pero no lo relacionaba con un asesino.
Con el tiempo nos fuimos haciendo más allegados, él lo llamaba, “complementarios”, yo me reía de la cuestión, otorgándole el mote de que todo lo que venía de él; era particularmente llamativo. Su insistencia al “complementario” hizo que todo pareciera “complementario” rodeado de un aura de extraña incredulidad. Por más que soy muy ingenua, mis antenas funcionan correctamente, pero como son modelo antiguo decodifican las cosas con lentitud; y así fue.
Un día como cualquier otro, sin ninguna causa racional, esta persona me ignoró, a tal punto de casi parecer o hacerme sentir que yo nunca hubiese existido. Y es ahí donde me puse a pensar. Los asesinos son personas que matan a otras, en dicho caso, la víctima deja de existir, y si yo dejé de existir para él, es como que me hubiese matado. También pensé, que lo serial era por lo sistemático, actuó muy profesionalmente, y me dio curiosidad de saber cuántas víctimas habrá dejado en el camino, y si las recordará a todas, o será de los que en un juicio alegan su inocencia hasta el final?...
Yo sentí que me mató, en cierta forma “me mató”.
Ya no tengo contacto con él desde que este trágico hecho sucedió, lo de mi muerte digo, pero tal vez, si me lo cruzo algún día en algún lugar donde las dimensiones se confunden, podré contestarle, aquella pregunta que insistentemente me hacía, “parezco un asesino serial?”, le respondería; “No pareces, sos!” .
lunes, 5 de diciembre de 2011
Reflexión acerca de los besos de desconocidos.
Cuando uno es chico, los padres nos enseñan que nunca debemos hablar con desconocidos, pauta que da a entender; que el besarse con un desconocido, no entra ni en la escala de prohibiciones.
Hace unos días, mientras esperaba que me pasasen a buscar por determinado y cheto punto de la ciudad, sentí que alguien me besó la mano; me asusté y la saqué rápido, miré y ahí estaba él, el susodicho de la foto. Me alivió notar que tenía cara de bueno.
Me alejé un poquito y seguí mirando al horizonte, esperando. Volví a sentir otro beso, esta vez en el brazo, hubo varios besos más. Me quise hacer la dura, pero me rendí y le hice mimos. Él me miraba tierno, yo le hacía mimos. Había más gente, pero se quedó conmigo.
Al rato me pasaron a buscar.
Iba en el auto y pensaba, en épocas que el amor escasea y se vuelve un concepto inalcanzable, no es tan malo recibir besos de un desconocido.