jueves, 5 de febrero de 2009

Reflexión acerca de la energía residual.

Volviendo a las reflexiones profundas esas que valen la pena, hace un tiempo le pregunté a un colega, en esos días en que la Internet se corta a cada rato, cuanto Internet había en un cable que iba desde el módem a mi computadora, esto, aunque les parezca una pregunta sin sentido; si lo tiene.
Voy a tratar de darles un ejemplo puntual para graficarles, así me resultará más fácil que puedan comprender. Cuando regamos con una manguera, y cerramos la canilla, la manguera queda llena de agua, que muchas veces dejamos correr sin aprovechar.
Con respecto a la Internet, el cable que iba del módem a mi computadora es bastante largo, como de 15 metros calculo, está enrollado. Y siguiendo la observación del agua y la manguera es obvio que en esos 15 metros queda mucho Internet residual. O sea que si en la compu donde la Internet llega primero se puede observar inmediatamente cuando se corta el servicio, quiere decir que si me avisan que se cortó, yo puedo aprovechar al máximo esa Internet residual que queda en el cable, supongo que me alcanzará en mayor o menor medida de a cuerdo cuan pesado y lento es en lo que estoy trabajando.
Pero esto no sólo se ajusta al Internet, sino a todos los aparatos que tengan cable o mangueras o algo parecido. Por ejemplo un mp3, desde que se le acaba la pila, ¿cuánta canción queda en el cable del auricular? Si usamos uno muy largo tal vez podamos terminar de escuchar una canción completa, pero también depende de cuan instrumentada sea la canción. O en otros aparatos como las batidoras, ¿cuántas vueltas quedan en el cable?, y eso depende de la velocidad que usemos. Y así todos los artefactos que podamos imaginar.
Y mi propuesta es la siguiente en este momento en que los Greenpeace se matan por conservar el mundo en el que vivimos que se está cayendo a pedazos, y muchos de nosotros no hacemos nada al respecto, yo propongo hacer buen uso de esa energía residual.
Yo empecé alargando el cable del joystick del Nintendo, espero que de esta manera todo empiece a mejorar.

martes, 3 de febrero de 2009

Reflexión acerca de la censura.



Siempre hablamos de la censura y la censura en la tele, y la censura en los diarios, y la censura a la censura; pero nunca hablan de la censura en internet.
Hace unos días entre a una página de un programa de televisión que se post-produce en la productora en la que yo trabajo, es un programa de verano, con contenido o vacío de verano, así que entré a chusmear.
Me puse a leer y me dieron muchas ganas de comentar algo en algunas notas, el productor de dicho programa estaba cerca de mí; así que tuve el tacto de preguntarle si podía mandar comentarios a la página, a lo cual me contestó, que sí, que ni siquiera le pregunte. La nota que más me tentó fue una de unas chicas desconocidas que lo único que recuerdo son sus gomas, pero no vienen al caso, lo que viene al caso es que luego caí en una nota donde estaba Moria Casán. ¡Que mujer.. EEERA!; porque ahora ni mujer parece, se le fue la mano con las cirugías. Así que con mi concepto de ella comenté algo como: “Moria Casán necesita un trasplante de cara; URGENTE”, a lo que al cargar mis datos me apareció una ventanita donde decía, “Su comentario será evaluado bla bla bla“. Yo me dije, que piola que soy, que divertido va a quedar. Y plop de repente me fijo y nada… mi comentario estaba CENSURADO! Pero si no dije nada malo, no dije ni culo ni teta, no dije pis ni caca.
¡Eso es censura de acá a la Antártida, más específicamente a la base Marambio, dos cuadras más allá! ¿Cómo pueden censurar eso, y no las idioteces que dicen las chicas de las gomas grandes? O el contenido del programa en sí mismo! O sea que los comentarios sólo pueden ser positivos sino no valen.
En muchos blogs pasa lo mismo, los dueños de los blogs eligen que publicar y si no pones quien sos no podes opinar tampoco, eso no está bien. Yo como me las re banco pueden opinar todos lo que quieran de forma anónima y decir lo que se les cante las regaladas ganas. Se ponen anónimo y listo. San se acabó.
Igualmente, como ese vil censurador no me iba a ganar, hice otro comentario lleno de buena onda, paz, amor, banalidad, superficialidad, y mucho sarcasmo, estaba segura que que esa mentira no me la iban a moderar, porque si las mentiras dicen lo que quieren escuchar y mostrar, no se moderan.
Y bué en cierta forma, lamentablemente, tuve razón, a las pruebas me remito.