viernes, 26 de noviembre de 2010

Reflexión acerca de las señales premonitorias…


Hace un par de días, bah.. un par de meses tal vez, cocinándome un milanesón me di con que tenía la forma del mapa de España. Sorprendida, y sin salir del asombro, le saqué una foto con mi celular para inmortalizar dicha imagen.

No sé si vieron la película de Spielberg, "Encuentro cercano del tercer tipo", que trata de un hombre que ve extraterrestres y sugestionado con ello, modela una montaña con la comida, con puré de papas. Su familia lo creía loco, pero al final de la película este hombre llega a esta montaña y se encuentra con una gran nave extraterrestre que se lo lleva a otro planeta, y fin.

Todo esto viene, a que, basándome en esa película pensé que esa milanesa quería decirme algo, algo sobre España... el viejo mundo... sobre Messi... sobre los toros... algo...

Por lo pronto, ya me la comí, ahora esperemos a ver que pasa, mientras no se me junten las cejas y empiece a hablar con zetas, todo bien.

martes, 9 de noviembre de 2010

Reflexión acerca de cuál es la parte más sexual del cuerpo.



Esta foto me hizo recordar, que hace mucho tiempo, tuve una conversación con un amigo que aseguraba que "la parte más sexual del cuerpo era el cerebro".
Entonces me tuve fe, pensando, ingenuamente, que mi cerebro ayudaría mucho a levantar o por lo menos a enganchar muchos muchachos apetecibles. Pero no... no fue así.
La realidad es que la mayoría de los hombres que conozco se enamora y se casa con chicas hermosas, ultra ornamentadas, artificiosas y descerebradas, aquellas que todos conocemos como "gatos".
Entonces me pregunto, ¿el cerebro de quién, es el órgano más sexual?, yo creí que hablaba del cerebro humano, pero por lo visto hablaba del cerebro masculino. Porque el femenino en dicho caso, no juega ni a palos.
Así que ahora, después de tanto tiempo, voy a proponerme cambiar la estrategia de conquista, me clavo unos tacos aguja, lentes de contacto de color, me propongo como salida preferida visitar shoppings, y lo que sí, nunca pero NUNCA voy a decir que leí un libro de Borges (y que lo entendí, obvio).